martes, 12 de julio de 2011

Eso, venimos a ser nosotros


Juntos bailamos, o al menos lo intentamos, esta imposible coreografía de locos que viene a ser la vida.

El ruido seco de una hoja al caer de un árbol,
El invisible aleteo de las idas y venidas del viento,
El perfecto equilibrio del vacío de los labios al separarse.
La misma gota de agua que pasa por el río, siempre distinta, siempre igual, infatigable en el irónico juego de contradicciones y momentos simétricos que lo forma todo.

Eso, vienes a ser tú.

El más alegre compositor de melancolías ,
La última lágrima que queda por resbalar sobre tu mejilla,
El frío. El Calor.
La antítesis de lo humano y lo efímero en combate continuo tratando de encontrar el equilibrio en la cabeza de un alfiler.

Eso, vengo a ser yo.

La guitarra y la voz, que cómo los pies de un caminante se separan, se cruzan, se persiguen y se juntan hasta alcanzar la armonía perfecta que aguantará unos segundos y durará para siempre.
La partitura inconclusa de una sinfonía que aún no ha sonado y nunca dejará de hacerlo.
Las notas de un tango infinito e intenso y las manos de dos bailarines, siempre juntas y sin encontrarse.
El mar, el juego, la música, el tacto.
La noche, la pasión, la alegría y el llanto.
El siempre, el jamás, el donde , el cuando.
La vida, la risa, el odio... el te amo.

Eso, venimos a ser nosotros.