martes, 2 de octubre de 2012

El Guardián Entre el Centeno.

Una vez que dejes atrás a todos los señores Vinson (profesores que no tienen nada que enseñar), comenzarás a acercarte, si eso es lo que quieres, y lo que ansías, y lo que esperas, a un tipo de conocimiento muy querido por tu corazón. Entre otras cosas, verás que no eres el primero a quien la conducta humana ha confundido, asustado y hasta asqueado. te alegrará y estimulará saber que no estás sólo en ese sentido. son muchos los hombres que han sufrido moral y espiritualmente del mismo modo que tú ahora. Felizmente, algunos de ellos han dejado constancia de ese sufrimiento. Y de ellos aprenderás si lo deseas. Del mismo modo que alguien aprenderá algún día de ti si tienes algo que ofrecer. Se trata de un hermoso acuerdo de reciprocidad. No se trata de educación. Es historia. Es poesía.

Mi pequeña crítica:
Escuche hablar de esta novela como una obra maestra, considerada una de las grandes novelas de la historia  de la literatura Americana. En mi opinión no tiene  la calidad literaria para ser considerada una obra de tal calibre. De hecho, este fragmento que arriba transcribo es el único en toda la obra que me hizo sentir algo hacia ella por encima de la mediocridad.
Encuentro atractivo de esta novela la escritura caótica y confusa de la primera persona de un adolescente, a ratos logra meterte en la inestable mentalidad de Holden Caulfield, pero continuamente este estilo se convierte repetitivo y vulgar, sin llevarte a conectar del todo con el personaje.

Una novela aceptable, pero nunca más allá de eso.