lunes, 19 de noviembre de 2012

Un pueblo debe estar a la altura de sus circunstancias.

Como los niños:
Recortan ( Vidas, derechos, ilusiones..)
Pegan ( al que se da cuenta y lo manifiesta)
Colorean ( los medios de comunicación, nadie ve nada, no pasó nada.)

Más de un millón de personas en las calles, manifestándose por sus derechos, conversando, dialogando, demostrando al pueblo que todavía hay gente dispuesta a luchar por valores que merecen la pena.
Gente demostrando de manera pacífica que el pueblo está dispuesto a que las cosas cambien.
Eso es poder legítimo, eso es el poder del pueblo, eso es democracia.

Trescientas personas entre ese millón, furiosas, con ira acumulada por la frustración, por la impotencia de sentir que todo va a peor. Trescientas persona buscando violencia, buscando liberar esa frustración contra los representantes del gobierno en las calles. Lucha, violencia, fuego... Se queman los ideales, se quema el poder legítimo de la protesta del pueblo, se quema la validez de toda manifestación de cambio por parte del pueblo.

La violencia quita todo valor a la protesta, que peguen ellos, que desaten su ira fruto de su impotencia, pero que el pueblo no se ponga a su altura, si no, todos aquellos valores por los que se protestan, todos aquellos derechos por los que nos manifestamos dejan de tener sentido.

Demostremos que somos mejores que ellos, demostremos que merecemos algo mejor.

La lucha está en la calle, la lucha no es con palos, es con palabras. Es con gestos.



La lucha solo tiene sentido si demostramos que somos mejores que ellos.


1 comentario:

  1. No sé si se trata de ser "mejor".
    Lo que sí tengo claro es que se trata de ser responsables y consecuentes con aquello que se pide. Si queremos que se nos respete tendremos que respetar. De predicar con el ejemplo, de eso se trata. Simple y llanamente.

    Un abrazo solidario, Miguel.

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