martes, 28 de junio de 2011

Conquistar palabras

¿Cómo conquistar una palabra?

Efímero, siempre se me escapa esta palabra, nunca la recuerdo en el momento de usarla, así que he pensado en acostumbrarme a ella, domesticarla vamos, así mis labios podrán pronunciarla cuando la necesite.
¿cómo domesticar una palabra?
Siempre hay una palabra que se nos escapa de los labios, una palabra algo compleja, de esas que cuando las necesitas nunca sale.
Nunca faltan en las conversaciones de calle, no surgen cuando hablas de trivialidades, son palabras que se utilizan en momentos distintos, especiales, cuando quieres describir algo maravilloso, contar una emoción o destripar con palabras un sentimiento. Son aquellas palabras que marcan la diferencia entre hablar y decir.
Para que esa palabra acuda a tus labios cuando la necesites, hay que domesticarla.
Piensa en esa palabra que a veces tu boca hecha tanto de menos, ¿la tienes? Ahora repítela en tu cabeza varias veces. Sintiendo todas sus sílabas, su entonación, sintiendo cómo su sonido refleja el propio significado.
El siguiente paso es desnudar la palabra, saborearla letra por letra, retener su aroma en el paladar y decirla lentamente, en un susurro, que vaya saliendo poco a poco al ritmo de la respiración. ¿lo notas?,¿ sientes cómo ya la vas interiorizando?
Ahora toca imaginar el efecto que causa esta palabra cuando la dices, el tono que le da a la frase, el placer que produce cuando la pronuncias. Ya puedes jugar con ella, escribirla, hacerla tuya, ya la has domesticado.
Pero cuidado, ahora posees la responsabilidad de cuidarla, de usarla en los momentos que merezca ser usada, debes tratarla con respeto, no convertirla en una palabra más, esta es ahora tu palabra, trátala cómo merece.

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